Hola para todos, les deseo un excelente comienzo de semana, que de seguro estará llena de proyectos y retos.
Hoy les traigo una linda historia para reflexionar, no encontré el autor, pero me parece muy bonita y alentadora para cualquier momento de nuestra vida, sobre todo en los momentos que nos sentimos cansados, agotados y con el ánimo por el suelo.
A veces las cosas que nos proponemos se demoran en dar resultados, porque necesitan de fuertes raíces para que sean perdurables y que nada pueda tumbarlas, pero la desesperación y las necesidades apremiantes del diario vivir, hacen que muchas veces pensemos en abandonar nuestros proyectos, por eso es que son muy pocos los que triunfan.
No te compares con los demás, ni en lo rápido que consiguen sus resultados, tal vez ellos no apuntan tan alto por lo que no necesitan tanto esfuerzo, dedicación y tiempo. Dios es perfecto y es por eso que él, nos entrega aquello por lo que tanto luchamos en el momento justo, no antes ni después. No hagas caso a comentarios vánales que muchas veces son ocasionados por envidia, sigue adelante, no te devuelvas ni mires atrás, no pierdas todo lo que has avanzado, Dios tiene un propósito diferente para cada uno, a si que no te des por vencido, es posible que ya estés cerca de la meta.
Aquí la historia:
EL HELECHO Y EL BAMBÚ
Un día decidí darme por vencido… renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida.
Fui al bosque para tener una última charla con Dios.
"Dios", le dije. "¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido?"
Su respuesta me sorprendió…" -Mira a tu alrededor", Él dijo. - "Ves el helecho y el bambú?"
"Sí", respondí.
"Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz.
Les di agua.
El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. -Pero no renuncié al bambú." Dijo Él.
"En el tercer año, aun nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié" me dijo.
"En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. "No renuncié" dijo.
"Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después el bambú creció a más de 100 pies de altura. Se la había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
"No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar".
Bambú: es una planta que puede crecer tal alto como un edificio de diez pisos,sus usos son innumerables. |
Él me dijo: "¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?" "No renunciaría al bambú. Nunca renunciaría a ti. "No te compares con otros" me dijo.
"El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso".
"Tu tiempo vendrá" Dios me dijo. "¡Crecerás muy alto!"
"¿Qué tan alto debo crecer?" pregunté.
"¿Qué tan alto crecerá el bambú?" me preguntó en respuesta.
"¿Tan alto como pueda?" Indagué.
Nunca te arrepientas de un día en tu vida.
Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia.
Ambos son esenciales para la vida.
Ambos son esenciales para la vida.
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios son muy importantes para mi, ¡Comparte!